Historia

En la ladera Norte del monte Jabalcón y muy próximo al cauce del río Grande o Guardal, están los manantiales de aguas termales del Balneario de Zújar.

Desde muy antiguo, esta aguas se han conocido por sus propiedades curativas, pues en época romana, según Plinio, ya se conocían, y restos de aquellos tiempos fueron la parte vieja del antiguo Balneario (hoy sepultado bajo las aguas del embalse del Negratín), conocidas con el nombre de “termas romanas” con los departamentos característicos de Frigidarium, Tepidarium y Caldarium.

Cada época, cada dominación, dejó su huella en el balneario de Zújar, cuya brillante historia comienza al ser propiedad de los señores de Almagro, quienes poblaron de frondosa arboleda los alrededores, construyeron paseos y jardines, edificaron un nuevo hotel, alumbraron nuevos veneros medicinales, levantaron un balneario modelo, después de visitar y estudiar los mas célebres de Europa, y pusieron en explotación la maravillosa Fuente-Amarga, cuyos efectos en las enfermedades del aparato digestivo y principalmente del hígado, le conquistaron el título del „Cestona de Andalucía”.

Lo que fueron los restos de un Balneario con merecida fama, pues a él acudían las más altas personalidades políticas de cada época, quedaron sepultados por el Embalse del Negratín, todo, excepto sus aguas termales que hoy resurgen en un nuevo Balneario, el Balneario de Zújar.

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